jueves, 5 de abril de 2012

MI PADRE VISITA A BACH


La casa de la familia Bach en Weimar la destruyó un bombardeo aliado el día 9 de febrero de 1945. Los aviones ingleses, una veintena de cuatrimotores B-17G, sobrevolaron Weimar durante trece minutos. La irracionalidad es consustancial a la violencia: el bombardeo destruyó mil doscientas casas –entre ellas las casas de Goethe y Schiller−, mató a más de mil vecinos y, un poco más allá, en las afueras de la ciudad, a más de seiscientos judíos que estaban presos en el campo de concentración de Buchenwald.

Unos meses antes del bombardeo, mi padre, que estaba estudiando medicina en Breslau –hoy la ciudad polaca de Wrocław−, viajó a Weimar. Con tres amigos –becarios también en Alemania− visitó la casa de Bach. En esta fotografía mi padre se dirige hacia la puerta de la casa del músico. En poco tiempo esta fotografía perdería sentido. De la casa, muy pronto quedaría sólo en pie la fachada, que hoy se conserva. Es una fachada fantasmal: es sólo un muro. Las ventanas, sin cristales, dan al aire libre. Detrás está el aparcamiento del Hotel Elephant. El hotel en que se reunían a charlar Goethe y Schiller, y en el que se citaban Liszt y Wagner. Es uno de los pocos hoteles del siglo XVII que siguen en funcionamiento.

Bach fue primero organista de la Corte y luego director de la orquesta del pequeño ducado de Weimar. La casa estaba a pocos pasos del castillo de Wilhelmsburg, donde el músico ejercía sus cargos. Pero también hacía música en la casa: allí componía, allí recibía a sus alumnos y allí tocaba cuando venían músicos amigos, como Pisendel y Telemann, a visitarle. Uno de los alumnos era el príncipe heredero, Johann Ernst von Sachsen-Weimar, que era entonces adolescente. El príncipe, que admiraba y quería al músico, compró la casa, probablemente para retener a Bach en el pequeño ducado y para hacer reformas en la vivienda que hicieran más cómoda la vida del maestro y de su familia. Pero el príncipe murió poco después, con diecinueve años. Bach se fue de Weimar dos años más tarde de la muerte del príncipe, en 1717.

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