sábado, 24 de marzo de 2012

DOS IMÁGENES


            La gran explanada del Zoco Grande es uno de tantos escenarios de Tánger en que puedo ver dos imágenes superpuestas: el viejo mercado polvoriento y la nueva plaza enlosada en la se alzan surtidores y palmeras. Durante estos años, cuando pensaba en él, he seguido imaginando el viejo zoco, abigarrado y bullicioso, con los puestos cubiertos por grandes lonas blancas, y sin embargo ya era un lugar distinto. El minarete de la mezquita de Sidi Bu Abid –con sus irisaciones verdes de cerámica− y el palacio de la Medubía asomaban en el recuerdo sobre los toldos blancos, cuando en realidad el minarete y el palacio se alzaban limpiamente al borde de grandes losas de piedra. Al otro lado del zoco, la puerta de Bab Fahs, pequeña y lanceolada, sigue abriendo el misterioso laberinto de la Medina. Parece la puerta de una modesta vivienda y es una puerta de la ciudad, la ciudad vieja y mora, anterior a la colonización europea. Detrás de esa puerta, la Medina es como una sola casa, una casa pobre y limpia: pasillos blancos, portezuelas pintadas de colores, niños que juegan en el suelo, ancianos casi ocultos en sus amplias chilabas, conversaciones a media voz, miradas silenciosas, olor a yerbabuena.

            El viejo corazón de la Medina, la plaza del Zoco Chico, languidece entre recuerdos de su antiguo esplendor. Au Grand Paris sigue diciendo el rótulo del café principal, mugriento y solitario. En la geografía sentimental los lugares se acercan y alejan, y París, que estuvo cerca de Tánger en los años centrales del siglo XX, hoy está lejos. Aún quedan las huellas de lo que fueron unas letras bien trazadas que anunciaban el Petit Louvre, almacén cosmopolita en que se vendía lo mejor de Europa sin la tristeza que aún asolaba los campos de batalla. Sentado ante el bullicio del Zoco Chico, en una silla de mimbre –mi pequeño palco, la llamaba−, escribió Saint-Saëns la partitura de su poema sinfónico opus 40. El xilófono, el timbal, el clarinete, la flauta, el triángulo y el arpa dan color a la melodía de violines. Hoy son otros los colores y los sonidos. 

El Zoco Grande, hoy Plaza del 9 de abril de 1947
Detalle de la fotografía anterior. La puerta de Bab Fahs, entrada de la Medina. Las dos fotografías son de mayo del 2010

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